Señales de advertencia de la enfermedad de Alzheimer

Olvidar un nombre. Dejarse las llaves en casa. Perder algo. Equivocarse en una suma. Despistarse en un trayecto... Tener algunos de estos síntomas de forma aislada y ocasional no significa nada grave. Pueden ser cambios típicos asociados a menudo al cansancio, a situaciones de estrés o a los cambios en la agilidad cognitiva que nos produce la edad. Lo que sí resulta preocupante es que los despistes y fallos de memoria se vayan repitiendo y aparezcan día tras día e incluso varias veces al día. Entonces podríamos estar ante las primeras manifestaciones y los primeros síntomas de una enfermedad cerebral como es la enfermedad de Alzheimer.

 

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La enfermedad que con mayor frecuencia produce cambios en la capacidad cognitiva y la memoria de las personas es la enfermedad de Alzheimer, que está involucrada en más de un 70% de los casos de deterioro cognitivo y demencia.  Demencia no es otra cosa que la situación de una persona que ha perdido su autonomía y se ha hecho dependiente como consecuencia de una enfermedad que ha ido alterando su capacidad cognitiva, su psicología y su conducta.

La demencia senil no es un diagnóstico válido. La demencia no es una consecuencia irremediable de la edad ni tampoco una forma de envejecimiento acelerado. Puede afectar a personas jóvenes y, al contrario, cada vez se conocen más personas nonagenarias y centenarias que no tienen demencia. La demencia la causan enfermedades como el alzhéimer, la acumulación de lesiones vasculares, el párkinson, las degeneraciones lobares fronto-temporales y muchas otras.  

Es innegable que la edad es un factor de riesgo y que el alzhéimer se da con mayor frecuencia a partir de los 65 años. Por eso es importante corregir el error excesivamente generalizado de achacar a la edad los fallos de memoria y cambios cognitivos que aparecen como primeras manifestaciones del alzhéimer.

Detectar esos síntomas, diagnosticar la enfermedad y actuar cuando la persona es todavía autónoma e independiente es especialmente importante.

Queremos explicarte cuáles son esos primeros signos de alerta. Si tú o algún familiar tenéis algunos de ellos, ponte en contacto con Fundación CITA-alzhéimer  para poder realizar un diagnóstico rápido y preciso. La consulta neurológica, la evaluación neuropsicológica y la aplicación, si es necesaria, de pruebas como la resonancia magnética y los biomarcadores, permiten sin duda deshacer la incertidumbre.

El diagnóstico temprano es el paso necesario para actuar a tiempo, intentar retrasar la dependencia y facilitar que la persona tenga acceso a la mejor calidad de vida.

Estas son algunas señales de alarma:

  1. Alteraciones en la memoria de las cosas recientes. Una de las señales más comunes del alzhéimer, especialmente en las fases iniciales, es olvidar información relativa a lo que se ha hecho, se ha oído, se ha hablado o se ha comido en fechas recientes. Debe llamar la atención también que una persona confunda con frecuencia el día de la semana, el mes o el año en curso, que cuente la misma cosa repetidamente o haga la misma pregunta muchas veces en bucle.
  2. Tener dificultad para realizar tareas cotidianas y depender en exceso de notitas o dispositivos electrónicos para recordar y hacer las cosas que antes se hacían ágilmente sin esas ayudas.
     
  3. Perder frecuentemente objetos personales importantes (dinero, llaves, gafas...) o que las dificultades para encontrarlas sean cada vez más mayores. Olvidar dónde se guardan, a menudo porque se esconden con cierto recelo o se colocan en lugares nada habituales o inapropiados.
     
  4. Desorientarse en lugares conocidos o en un trayecto habitual. Perderse mientras se conduce por recorridos bien conocidos, confundirse sobre los sitios en los que se ha estado o las fechas en las que se ha ido o no saber el lugar dónde se está en ese preciso momento y no saber cómo llegó allí.
     
  5. Problemas en el lenguaje oral y escrito. Tener cada vez más tendencia a retraerse y no participar en las conversaciones. Puede ser que repita mucho lo que dice, o que luche por encontrar las palabras correctas que cada vez con mayor frecuencia se quedan en la punta de la lengua o incluso que se equivoque al elegirlas. Algunas formas de alzhéimer afectan inicialmente solo al lenguaje y no a la memoria.
     
  6. Cambios de humor y de personalidad. Las personas con alzhéimer en fases incipientes pueden mostrarse con frecuencia llamativamente irritables, suspicaces y muy a la defensiva. La pérdida de iniciativa y motivación, o incluso la tristeza, la depresión o el nerviosismo ante situaciones nuevas pueden ser otras manifestaciones iniciales.
     
  7. Disminución en la capacidad de juicio y razonamiento, el no saber cómo afrontar un imprevisto doméstico o de otro tipo que antes se hubiera resuelto sin problema, los cambios llamativos en la manera de opinar o de tomar decisiones, hacerse especialmente vulnerable o más susceptible de caer en engaños por parte de otros.
     
  8. Dificultades para comprender imágenes visuales. En algunas personas, el alzhéimer puede comenzar a manifestarse con problemas de visión. No se refiere a visión borrosa o disminución de la agudeza visual sino más bien a trastornos de cómo se interpreta lo que se recibe por la vista: reconocer caras, identificar objetos o lugares, ignorar lo que sucede en un lado del campo visual…. Esto puede ocasionar dificultades con el equilibrio y problemas para leer y conducir.
     
  9. Distanciamiento del trabajo o de las actividades sociales. Es frecuente en las primeras fases que una persona con alzhéimer haya ido abandonando, sin motivo aparente, aficiones, actividades sociales u otros compromisos.
     
  10. Mostrarse más descuidado. Se puede hacer evidente una menor preocupación por el aspecto y la higiene personal o del hogar


En España, la Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que, en la actualidad, podrían existir unas 800.000 personas en España con enfermedad de Alzheimer.

El alzhéimer es una enfermedad progresiva que sin tener aún cura se puede abordar desde distintos puntos de vista farmacológicos y no farmacológicos que mejoran algunos síntomas, pueden ralentizar su evolución y, sin duda, mejoran la calidad de vida de las personas que lo sufren y sus familiares.

En Fundación CITA-alzhéimer creemos que, con tu ayuda, un mundo sin alzhéimer es posible.

 

Detectar esos síntomas, diagnosticar la enfermedad y actuar cuando la persona es todavía autónoma e independiente es especialmente importante.