Síntomas iniciales más allá de los cambios cognitivos
Cada persona reacciona diferente, cuando es consciente de los cambios cognitivos que afectan a su vida diaria y del diagnóstico de una enfermedad de carácter progresivo.
Cuando uno se da cuenta de los cambios que están sucediendo en su día a día como olvidarse de las cosas o que su rendimiento no es el mismo, es normal que los sentimientos de miedo, agobio e inutilidad aparezcan.
En la fase de comprensión/aceptación, la ansiedad, el desánimo, la menor tolerancia a la frustración, la irritabilidad y/o el insomnio pueden aparecer con mayor frecuencia.
Todos estos síntomas a su vez empeoran la capacidad de atención y concentración y con ello el rendimiento cognitivo en su conjunto también empeora.
Es una situación en la que los síntomas cognitivos y los afectivos (relacionados con el estado anímico) están muy interrelacionados y se retroalimentan entre sí, de tal manera que los síntomas de ansiedad y desánimo agravan las dificultades cognitivas y éstas a su vez repercuten negativamente en el estado de ánimo y por consiguiente en otros síntomas relacionados como por ejemplo la falta de apetito.
Si tienes dudas sobre cómo abordar esta situación, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.